domingo, 17 de abril de 2011

Capítulo 20 "Debo elevar mi Kiwi"

En la Primera y Segunda parte, llegamos a NZ con Juan y trabajamos en Ashburton (cerca de Christchurch) con las papas, donde conocimos mucha gente (Ben, Andrew, María) y además a Antoine y Stephane con quienes compramos una camioneta y emprendimos un viaje a Tauranga.


- María! - exclamamos con sorpresa y alegría. Todos nos saludamos y nos abrazamos calidamente. Era muy agradable ver caras familiares en una ciudad desconocida. La alemana había llegado solo unos días atrás con Tini, otra alemana muy linda y simpática. Cuando Juan la saludó se quedó boquiabierto y extrañamente su inglés era todavía más indígena que de costumbre.
Ellas estaban en el mismo hostel y también trabajaban cosechando kiwis pero para otra compañía.
- Cómo es esto del laburo? – balbuceó Juan
- Es muy sencillo - contestó María - nada más hay que estar 7:30 AM parado al frente del hostel y viene una camioneta y te lleva a cosechar los kiwis hasta las 16:30.
- Y si no estás a las 7:30 en punto?
- No te llevan y no trabajás - aclaró Tini
- Y no hay drama? Al día siguiente podés trabajar igual?
- No hay problema. Acá trabajás solo cuando querés.

Nos despedimos de las chicas y nos fuimos a nuestra habitación a dormir.
A la mañana siguiente a las 7:30 en punto estábamos peinaditos y firmes junto a la puerta para que nos llevaran a trabajar. Nuestros jefes era un familia de maoríes y el abuelo (el más jefe de todos) se llamaba Joe Kiwi. Al principio pensé que era un chiste, sin embargo después leí en el contrato que efectivamente el apellido del tipo era Kiwi y Juan es testigo y no me deja mentir.
Joe Kiwi era muy petizo, feo y medio verdoso, como el maestro Yoda. Su mirada reflejaba una sabiduría oculta e infinita, casi tan infinita como su amor a los Kiwis, es decir a su familia.
Llegamos a la plantación, nos dieron unas bolsas que nos teníamos que colgar al cuello y gritaron "A cosechar!"
El trabajo consistía en lo siguiente: los árboles de kiwi forman como un techo de ramas donde cuelgan los frutos, hay que arrancarlos (con cuidado pero con velocidad) y ponerlos dentro de la bolsa para luego descargar la mencionada marsupia en unos cajones de madera.
Al principio el trabajo era muy divertido pero cuando me refiero al principio me refiero solo a los primeros 40 segundos. Después fue una verdadera tortura. La familia Kiwi se la pasaban apurándonos para que lo hiciéramos más rápido ya que el dueño de la plantación nos pagaba por cajón. Al final del día se sumaban todos los cajones y lo dividían por la cantidad de empleados.
Nuestros mismos compañeros a veces nos molestaban para que trabajáramos más rápido, era muy molesto. Stephane y Juan trabajaban lento pero constante mientras que yo por momentos cantaba la musiquita del Wonder Boy y laburaba a mil por hora pero otras veces entraba en trances de 5 minutos donde me quedaba absorto mirando un kiwi pensando y fantaseando que se yo qué. Ahí era cuando me cagaban a pedos mal.
Había un japonés, que como nadie sabía el nombre lo llamaban Suzuki, era chiquito, rengo y no hablaba nunca. Era el más rápido de todos. No se le veían las manitos cuando cosechaba y laburaba los 7 de la semana doble turno. Un enfermo.
Para colmo la altura del cultivo era de 1.70 metros aprox. Para mi era incomodísimo. Estaba todo el día en una posición jorobada y encima me pegaba la cabeza contra los kiwis haciéndolos caer, a veces caían dentro de la bolsa, otras veces caían al suelo pero igual los pateaba lejos y nadie se enteraba.
Un día hice la cuenta y cada uno cosechaba entre 3000 y 5000 kiwis por día.
Después de 8 hs de llenar y descargar las bolsas que pesaban como 30 kilos cuando estaban llenas, terminamos con la espalda destruida y fusilados.
Llegamos al backpackers, cenamos con las alemanas, comimos papas y de postre varios kiwis que nos habíamos encanutado en los calzoncillos.
- Este trabajo es una cagada - comentó elocuente Juan mientras comía un kiwi.
- No es para tanto - le respondí tratando de ser positivo - estamos al aire libre, podemos escuchar Dolinas, podemos comer kiwis.
- Vinimos a Nueva Zelanda a aprender agronomía. Tenemos que conseguir trabajo en un tambo. Ahi sí vamos a aprender y además a ganar buena plata.

Por un lado Juan tenía razón. Las ventajas del tambo era que aprenderíamos mucho, ahorraríamos y podíamos asentarnos hasta el final de nuestro viaje en NZ. Pero por otro lado debíamos comprometernos a trabajar allí más al menos 3 meses. Yo todavía sentía que quería seguir recorriendo un poco más. Ver más lugares, conocer más gente, trabajar en distintas cosas, etc.

- El problema del tambo - argumenté - es que tal vez conseguimos laburo juntos, pero Stephane no va a poder trabajar con nosotros.
- Stephane es un salame.
- Nahhh, es medio gilún, no te lo discuto pero es divertido y le pone onda. Además con él hablamos y practicamos todo el día inglés, excepto cuando hablamos mal de él.

La discusión quedó allí inconclusa. Después de cenar fui a chequear mails y me encontré con uno muy interesante de mi sensei de sumo.

" Fizu,
Hablé con el Presidente de la Asociación de Sumo de NZ, y logré que te inviten a participar en el Torneo de Oceanía de Sumo 2008. Es el 31 de Mayo en Wellington. Pensás que podes luchar? Abrazo
Sebastian"


Me quedé sorprendido. Era un honor! El único problema era que hacía mucho que no entrenaba y solo tenía 3 semanas para hacerlo, pero trabajando con los Kiwis con los kiwis no me quedaba ni tiempo ni energía para nada. Por un lado no quería hacer un papelón y hacer quedar mal a mi querida patria, pero por otro lado talvez después del torneo había comida gratis. De todas formas no estaba seguro si participaría o no.

Al día siguiente Juan y Stephane no quisieron trabajar. Juan porque quería quedarse en la ciudad buscando trabajo en un tambo y Stephane porque quería encontrar un peluquero que esté a la altura de la circunstancia.

El trabajo sin mis dos compañeros era todavía más denso así que laburaba tan lento que lo único que faltaba era que sacara los kiwis de la bolsa y los volviera a colgar del árbol. Joe Kiwi, que me observaba desde hacia unos minutos, se me acercó, me puso una mano en el hombro, me miró a los ojos, respiró profundamente, se aclaró la garganta, hizo un solemne silencio, frunció el ceño, cerró los ojos, los volvió a abrir y finalmente dijo

- Motivación te falta.

Como no entendí bien que me quiso decir, suspiré, hice una pausa y pregunté

- Qué?

Sin embargo Joe Kiwi no respondió al instante. Solo dió media vuelta y se alejó caminando lentamente. En el aire creí escuchar una voz diciendo

- Si a un hombre se le enseña todo... nunca aprenderá.

Me quede allí parado, pensando, con mi bolsa llena de 30 kilos de kiwis. Como me dolía la espalda, decidí flexionar las piernas para mantener la columna derecha y separé las piernas para bajar el centro de gravedad y mejorar la estabilidad.
- Ja - pensé - esta posición parece la de un luchador de... sumo – tardé unos segundos en entender una importante verdad. De repente había encontrado mi motivación! Había encontrado la manera de entrenar mientras trabajaba! Lo miré a Joe Kiwi y este me señaló con el dedo y asintió con la cabeza. No hicieron faltas más palabras, supe lo que quiso decirme.
- Debo elevar mi kiwi - susurré y a los segundos empecé a trabajar más rápidamente y más motivado que nunca. Tan motivado estaba que no pude evitar gritar con todo el aire de mis pulmones y con toda la fuerza de mi corazón mientras sentía una energía cósmica a mi alrededor
- DEBO ELEVAR MI KIWI!!!!!

Esa misma tarde, cuando terminamos de trabajar, fui a un ciber, chequié mi pueblo en Travian, boludié una ratito en el Facebook y finalmente le respondí el mail a mi sensei

"Querido Sensi Seba
Decile al Presidente del Sumo en NZ, que cuente con la presencia de Argentina en el torneo...

VOY A LUCHAR"


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Próximo Capítulo “Aparece Siva”

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin comentarios.
Que se puede decir sin ser repetitivo. Cuidate el trasero y volve pronto

Anónimo dijo...

sublime.

David dijo...

subime!

Anónimo dijo...

Yo quiero la pelicula.

Bruce Willis de Fizu y Gary Oldman de Andrew.

Anónimo dijo...

amiguinos!!!! soy libre, despues de laburar 9 dias seguidos mas de 12 hs por dia, soy libre para escribir y seguir compartiendo las vivencias de este pais explotador de argentinos escribidores de blogs!

morsita: gracias por pensar en mi trasero. Con trasero te referis al orto, no?

aleli: voy a tener que cambiar la estrategia, a este ritmo no voy a poder pagarte el millon de dolares

davisinio: te mande un mail!

duendecito: mas bien diria Emilio Disi en el papel de Fizu y Fernando Lupis en el papel de Stephane. Ah, y ahora el Negro Alvarez en el papel de Siva.

Gracias por los comentarios!! Me motiva a seguir contandoles! abrazoooo!!!

fizu

x dijo...

Ojo! Si elevas el Kiwi demasiado se vuevle a colgar del árbol!

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.