Era mediados de Julio del 2009. Nos encontrabamos a mitad de camino entre Blenheim, la ciudad de los viñedos y Christchurch, nuestra ciudad favorita en este país.
Si bien era primavera, era invierno en mi corazón. No, ahora que lo pienso, también era invierno en NZ porque hacía un frío impresionante.
Otra vez mirando por la ventana de un micro larga distancia.
Otra vez con rumbo pero sin destino.
Otra vez con nuestras mochilas llenas de baratijas pero con las
billeteras vacías.
Y otra vez, mano a mono, solos, con nuestros pensamientos.
Stephane pensaba si debía cerrar los ojos, comerse su orgullo francés (con gusto a Cambanbert) y llamar a su padre para que le enviara dinero para comprar un pasaje de vuelta a casa. Luego su cabeza saltó a su madre, como tantas otras veces cada vez que dejaba flotar su mente. "Cuánto más fácil serían las cosas si ella viviera", pensó.
En el asiento contiguo me encontraba yo, con el ceño fruncido y concentrado, mientras hacía cálculos mentales, planificaciones y contemplaba distintas alternativas y diferentes combos de acciones.
Combobreaker! Las buenas soluciones eran muy fantasiosas y las soluciones reales, como cualquier remedio barato de farmacia, no eran otra cosa que demasiado amargas y un poco tristes.
Lamentablemente Juan no había podido conseguirnos trabajo, si bien me había mandado un video para aprender a manejar un tractor y me había enviado varios mails con el vocabulario y los temas que tenía que saber en el caso de conseguir una entrevista.
Igualmente lo peor de todo había sido la noticia de Malena (mi compañera de Facultad), informándonos que su jefe ya había contratado dos nuevos empleados y no había lugar para nosotros.
Antes de llegar a destino decidí que no iba a adelantar mi vuelta a Argentina, haría la plancha como mejor pudiese y esperaría que la corriente me arrojara en una isla tropical, con calor, palmeras, palmitos y monos mayodormos.
Una vez en la ciudad, como siempre,, terminanos en las bases del instinto... buscar refugio para aquella noche, por lo cual nos dirigimos a un backpackers de aspecto envaselinado.
- Hay lugar para dos? - preguntamos
- Hay una habitación por 25 dólares... y tengo otra habitación por 23 dólares pero compartida con 8 personas más.
- La de 23, por favor. - respondí rápidamente.
- Hay un extra de 2 dólares si quieren frazadas...- dijo el encargado.
- No, gracias. Yo tengo mi bolsa de dormir. - respondi
- No, gracias...- respondio Stephane quien ni siquiera se molestó en
justificar su rateria.
Era de noche y estabamos agotados. Subimos a la habitación y ya todos dormían y roncaban. En silencio, abrí mi bolsa y rapté dentro cual zarigueya en su cuchi tunel.
Stephane se puso un jogging y varias camisas pero igual se moría de
frío.
- Me muero de frío - me comentó.
- Uy, que cagada... por qué no desenganchás una cortina y te cubrís con eso? - le dije en chiste. Sin embargo Stephane saltó de la cama, se trepó al marco de la ventana y empezó a sacar la cortina.
- Y pensar que hace un año yo era banquero... - dijo de malhumor, pero yo lo miraba con un orgullo paternal. Ese noche fue cuando la Metamorfosis Invertida de Stephane, se había completado. De Mariposa había involucionado a una Larva.
Al día siguiente nos levantamos temprano y la energía positiva de Christchurch iluminó nuestros espíritus y nos llenó de amor y Esperanza (como la famosa canción). Salpicando y de la mano, como en el Mago de Oz, fuimos a la Biblioteca de la Ciudad, a la cual califico como una de las mejores del mundo, (junto con la Biblioteca de Alejandría y la del Congreso) y llenamos los formularios para hacernos socios. Entre los beneficios figuraban la posibilidad de retirar hasta 20 libros a la vez y usar Internet gratirola gratirola.
Esa tarde mandé decenas de curricula y llamé a varias lecherías pero siempre la respuesta era que el puesto ya estaba ocupado. Ya al final de la tarde apliqué para cualquier trabajo, siempre y cuando sea al aire libre.
Stephane, que se encontraba en la computadora de al lado, me comentó
- Hoy juegan los All Blacks contra Inglaterra, acá en Christchurch!
- Ese sería un lindo partido para ver.
- Sí, un partidazo. Ojalá que gane NZ... odio a Inglaterra,
- Tené cuidado, Stephane. Porque el odio conduce al sufrimiento, el sufrimiento conduce al miedo, y el medio conduce al lado oscuro...- le dije sabiamente y él se quedó pensando en mis palabras.
- No era al revez la frase?
- Bueno, pero se entiende.
Y, por último, como quería que los dolarcitos que nos quedaban nos durasen unos días más, me metí en Couchsurfing otra vez en busca de un alma caratitativa que nos hospedase de onda unos días, y en menos de una hora, obtuvimos una respuesta.
"Hola, mi nombre es Bobbie, soy una chica de 25 años, si quieren
pueden quedarse en mi casa. Pásenme a buscar a las 17. Trabajo en el Bank of New
Zealand, dirección xxx.
Saludos!"
Entonces recogimos nuestro equipaje y fuimos a pasarla a buscar. Mientras esperabamos en la calle sucedió algo inesperado. Mi celular empezó a sonar, atendí y el llamado era de una lechería.
- Federico Quiroga? – preguntó una voz de mujer.
- Ehhh, shes?
- Te llamo de Williams Dairy Farm. Hoy leí tu mail y estaríamos interesados en contratarte. –
- Ah! Espectacular!
- El único detalle es que solo hay lugar para uno. Vos en el mail aplicabas para dos puestos.
- Entonces no hay lugar para mi compañero?
- No, solo para vos. Qué decís? – fue un momento crucial. Mil imagenes pasaron por mi cabeza. Si aceptaba el trabajo todos mis problemas se verían solucionados. Si decía “Sí, acepto”, tendría la plata para viajar a Asia y comprar regalos. Si lo abandonaba a Stephane, cumpliría mi sueño y el viaje estaría en completo... Como siempre, dos fuerzas luchando, dos hombrecitos parados en mis hombros susurrándome el oído cosas opuestas. Lo miré a Stephane, quien no tenía ni idea de la crucial naturaleza del llamado y de la importante decisión que estaba considerando. El
francés estaba parado en el medio de la vereda, ajustandose distraído la cuerda que estaba usando como cinturón, ya que se le había roto el botón del pantalón, y este se le caía. Parecía un pordiocero... parecía mi hermano.
- No, disculpame... pero no puedo aceptar.
La mujer amablemente se despidió y colgó. Mis oportunidad de trabajar en una dairy farm se habían acabado. La temporada empezaba el 1 de Junio. Absolutamente todas las lecherías habían encontrado sus empleados. Estabamos a mediados de Julio... era hora de olvidarme de
eso y seguir adelante.
Después de esperar 15 minutos Bobbie salió del banco y nos presentamos. Era una chica peticita y de generosas carnes, de aspecto amigable, con sonrisa fácil y carcajada contagiosa. Hubiese sido un bombonazo de mujer salvo por el detalle que era muy fea.
Nos fuimos caminando hasta su casa, y desde un primer momento, la onda fue la mejor. Un rato después nos encontrabamos sentados en su hogar, tomando el té con tostadas, manteca y mermelada de frambuesa.
- Ustedes son mis primeros couchsurfers – nos comentó - me inscribí en esta página recién ayer.
- En serio? Qué honor!... Y vos vivís sola acá? – le pregunté
- No... bah, en realidad sí. Vivía con mi novio pero cortamos y la semana pasada se mudó. Por eso la casa está un poco desamueblada…
- Uy, qué mal…- dije sentado arriba de un balde de pintura.
- Sí, él era el hombre de mi vida… pero yo no la mujer de la suya –
dijo 100% textual. Nos miramos disimuladamente con Stephane, tragando saliba, y con
los ojos muy abiertos.
Rápidamente cambiamos de tema y comenzamos con nuestro número sobre nuestra historia de aventuras y fracasos en NZ. Bobbie pasó por todas las emociones: desde risa al escuchar sobre Las Gallegas, Grandma y Joe Kiwi; tristeza al enterarse sobre la muerte de Amazing, la Batalla
Sindical y nuestra pobreza digna; y finalmente total bronca e indignación al oír sobre Siva, su robo e increíble traición.
Ya estábamos por reventar de tostadas, cuando por segunda vez en el día, el teléfono me volvió a sorprender.
- Hola? - pregunté
- Hola! Te llamo de Kaituna Valley Farm. Hoy recibí una aplicación tuya para dos puestos de trabajo para podar duraznos, no? – me preguntó una chica con acento oriental. Yo ni sabía de lo que estaba hablando, ya que había perdido la cuenta de las empresas a la cual había mandado curriculum.
- Claro, claro. Tenemos varios meses de experiencia en la poda y nos
encantaría trabajar allí. Somos dos.
- Sí, perfecto. Te cuento las condiciones. La paga es por hora. Cobrarían el salario mínimo, pero te damos casa y todo lo necesario para trabajar. El lugar es un valle muy lindo solo a 50 km de Christchurch.
- Osea 10 dólares por hora, 9 horas por día, 6 días por semana?
- Exactamente, salvo los días de lluvia.
- Me parece perfecto! Cuándo podríamos empezar?
- Ja, mañana mismo! – conversamos un poco más sobre cómo llegar hasta el Valle (que estaba un poco aislado) y quedó todo arreglado para que al día siguiente ya durmiéramos en nuestra nueva casa.
Cuando les conté la buena nueva a Stephane y Bobbie, que estaban atentos sin enteder, saltamos de alegría y nos abrazamos los tres. El francés festejaba que, finalmente, se veía una luz en el túnel, y nuestra amiga neozelandesa también celebraba con sincera alegría, ya que se había compenetrado con nuestra indigencia.
- Tenemos que festejar! – propuso Stephane, mirando de reojo a Bobbie.
- Ya sé! Podemos ir a ver el partido de los All Blacks contra Inglaterra! - propuse
- SII!!! – aceptó el francés cambiando de idea.
- Pero chicos, tienen entradas? – preguntó Bobbie con la trompa llena de mermelada.
- Eso no importa, para algo existe la reventa! – sin embargo los dos me miraron extrañados, por lo cual procedí a explicar, como mejor pude, el concepto. De todas formas ninguno entendió.
- Qué decís, Bobbie? Venís con nosotros?
- No, está bien... – respondió riendo pero con una expresión apenas
dolida - ...vayan uds. y yo los espero para cenar. .
- Segura? Dale! Vení! Vení! Cantá conmigo! – y empezamos a zamarrearla y a empujarla al canto de "Bobbie! Bobbie! Bobbie!"
- No, en serio. Hace mucho frío. Yo lo espero en casa. – dijo ya un poco mareada.
Como no la queríamos presionar más, suspendimos la malteada, nos pusimos nuestros gorritos de NZ y encaramos para el estadio. En el trayecto comentábamos exitadísimos la segura victoria de los All Blacks, a quien apoyabamos incodicionalmente. El más compenetrado con el futuro resultado del partido era Stephane. Cabe aclarar que la relación Francia- Inglaterra es una relación de amor y odio a la vez, algo así como Argentina con nuestros hermanos brasileños.
Llegamos a la cancha y era un mundo. Para nuestra sorpresa los neozelandeces eran re amargos comparados con los ingleses, que estaban en cuero con el cuerpo pintado de blanco y una cruz roja, o disfrazados de caballeros. Había casi tantos ingleses como kiwis, o al menos en presencia. Nos comimos algo así como "un chori" neozelandes que consta en una salchicha de supermercado en una rebanada de pan lactal. Truchísimo!
Ya cuando ganamos un poco más de confianza comencé a buscar a la gente con cara de chanta para ver si revendían entradas. Vi un tipo parado solo con una campera negra.
- Este tiene que ser un revendedor. – pensé, por lo cual comencé a acercármele de costado a pasitos cortos. Cuando ya me encontraba a una distancia adecuada, le dije por el costado de la boca.
- Entradas? Tenés entradas? – pero el tipo se asustó y se fue al trotecito.
Viendo esto, Stephane se me acercó
- Y si mejor compramos dos entradas en la boletería como todo el mundo?
Hicimos la cola, compramos dos entradas por 40 dólares cada una y entramos a la cancha, saltando y cantando a favor de Nueva Zelanda!! Nos ubicamos en nuestros asientos y no puedo describir la exitación que teníamos. Hubo fuegos artificiales, una banda militar tocaba
canciones. Pasaban musica y toda la gente cantaba.
De repente vimos que un grupo de 6 chicas se acercan con la intención de sentarse en las pocas butacas libres que quedaban junto a nosotros. Las 6 estaban en pantaloncitos cortos, con banderas de inglaterra atadas en sus cuellos y con las manos llenas de cerveza. Las 6 estaban
INFERNALES!
Automáticamente dejamos de cantar…
Se sentaron y la inglesa que estaba justo al lado mío me preguntó
- De dónde sos?
- eeeh...de argentina…- respondí locuaz e ingenioso..
- Ah, cool! Y a qué país viniste a alentar? – preguntó otra inglesa que se sumaba a la conversación.
- A INGLATERRA, OBVIO!! – saltó Stephane por sobre arriba mío.
- Y por qué tenés un gorrito de Nueva Zelanda? – me preguntó la inglesa, desconfiando de mi. (Stephane precavidamente ya se había sacado el suyo).
- Eehh… se lo robé a un kiwi.- dije inseguro. – las chicas se miraron
para ver si creían mi historia y finalmente dijeron - Muy bien!!! – y por el resto del partido nos agotamos las gargantas hinchando, cantandos y alentando abrazados todos juntos a Ingleterra.
Al final del partido, que ni me acuerdo como terminó, las chicas nos invitaron a tomar unas cervezas. Tal vez hubiese sido divertido aceptar pero teníamos dos problemas, contabamos con la plata justa para pagar el micro que nos llevaría a nuestro nuevo trabajo y no queríamos parecer tan ratas para pedir solo un vaso de soda, y por otro lado ya habíamos quedado con Bobbie de comer algo juntos. Por lo cual nos despedimos y nos fuimos corriendo a lo de nuestra anfitriona.
Solo una hora después, cenamos los tres, alquilamos Magnolia (por recomendación personal) pero lamentablemente tanto Stephane como Bobbie se quedaron dormidos.
Al día siguiente nos despedimos de nuestra amiga, nos tomamos un micro y encaramos para Kaituna Valley.
Otra vez mirando por la ventana surfeando entre imagenes y recuerdos?
No. Esta vez dormimos todo el viaje.
Kaituna Valley es un valle perdido en el medio de la nada. Consta de solo una calle, con unas 3 o 4 casas. Toda la zona pertenece a un excéntrico millonario y los frutales eran solo un hobbie de su aburrida esposa.
Cuando llegamos nos esperaba una jovencita supervisora china, estudiante de agronomía, quien nos llevó en su auto hasta nuestra cabaña donde conocimos a nuestros compañeros de casa. Un chico de Tonga, a quien llamamos Tonga, y un chico francés, gordito y petizón, que era cinturon negro de judo.
La siguiente mañana comenzamos a trabajar. Lo primero que nos gustó de nuestro nuevo empleo era que usabamos tarjeta y maquinita, aquella que usaban el Coyote y el Viejo Pastor Inglés en el dibujito animado. De esta manera no había manera que nos caminen con las horas laburadas. El trabajo era medio peligroso, ya que nos teníamos que subir a unas escaleras para poder llegar a podar hasta las ramas más altas de los árboles, por lo cual teníamos que hacerlo tranquila y lentamente, y trabajar tranquila y lentamente era una de nuestras especialidades.
Como la empresa no perseguia la rentabilidad económica, sino que era casi un capricho de la mujer del trompa, nadie se preocupaba por trabajar bien (supervisores incluídos). Laburamos despacio, con música, charlando. Teníamos las pausas programadas, es decir, una hora para almorzar, y luego dos recreos más.
El primer día de trabajo fue excelente y habíamos hecho sin esfuerzo casi 100 dólares.
Volvimos a la casa a las 5 de la tarde y nos pusimos a hacer nuevas cuentas con Stephane. Como estábamos sin auto, aislados en este valle, no había manera que pudiéramos gastar un peso. Como la casa era gratis, nuestro único gasto era la comida, y como yo soy de la escuela de cocina de Chichita del Quiaga, realmente no representaba un gasto significativo.
Finalmente todo saldría bien. Teníamos trabajo, era por hora, era fácil y divertido. Todo saldría bien! Todo se arreglaría! Pagaría mis deudas! Viajaría a Asia! Compraría muchos regalos! Y solo Dios podría detenernos!!!....
Y así fue...
Esa misma noche mientras dormiamos varias nubes grises se acercaron desde el este y taparon por completo el cielo. Ni siquiera escuché cuando las primeras gotas empezaron a resonar en las tejas del techo.
Cuando nos despertamos al día siguiente, llovía y no pudimos trabajar.
Al día siguiente llovió también, y tampoco pudimos trabajar.
Y al día siguiente también llovió.
Y al día siguiente
Y al siguiente también.
Y así fue que hubo un temporal histórico en el país, donde los noticieros solo pasaban imágenes de la destrucción de las lluvias y cómo los caminos estaban cortados por inundaciones y cómo evacuaban a la gente de sus casas tapadas por el agua..
Y así fue que durante todos los días que llovió, estuvimos en nuestra cabaña, sin trabajar, sin ganar plata y sin poder escapar.
Y así fue... cómo llovió durante, exáctamente, 30 días, sin parar...
8 comentarios:
Che,y con el " Adds by Google " de tu blog, ganaste algún peso?
Fizutongo! Cómo te quiero chabóm!
Me dió bastante tirsteza leer este capítulo, pero alegría porque tengo la sensación que todas estas están resultando esxperiencias maravillosas de aprendizaje para vos. Te envidio sanamente por estar disfrutando de este viaje tan aleccionador.
Che, en un foro que conozco recomendé tu blog y algunos infradotados dejaron comentarios muy copados sobre el mismo, te dejo el link así lees:
http://www.egelforum.net/forum/showthread.php?t=146748
Un abrazo GIGANTE CHABON. Te quiero, cuidate y abrigate.
David
PD: Hoy fui al bar de Victor a emborracharme y sin que se lo pida me dió su celular con un video reproduciéndose, era Bruno en los bosques de Palermo jugando con unas ramas con Victor. Me emocioné mucho y me acordé de vos.
Fizu! Tu pobreza infinita está predestinada!
En vez de lucharla deberías aceptarla tal cual como es.
es de no creer esta historia.
Ya es como estar viendo heroes, no aguanto la espera hasta el proximo capitulo.
MUCHO mejor que Heroes.
Es como comparar mirar una porno con fornicar. Ó como comparar hacer el amor con fornicar.
Gracias por catalogar mi biblioteca como una de las mejores.
Y me encantaría vivir en una casa cuya dirección fuera "dirección xxx"
holaa!!!!!! sigo con los mensajitos!!!
huguinio: no, ni yo me meto. ademas ya perdi el link, y ademas la direccion que puse donde teoricamente me mandan el cheque es una direccion vieja.
davisin: me pone contento que te pongas triste porque eso implica que indudablemente me tenes carinio!! :)
Si, el viaje salio para el orto pero es parte de su inmenso encanto!
No pude leer los comentarios, me parece que tengo que ser socio del foro, no?
Uf! No me hables de Bruno que ya estoy empezando a extraniar :)
abrazo enormeeeee, davisinio!!!!
guille: jajaj, si, ya la acepte hace rato y ahi fue cuando empece a disfrutarla!
morsito: ya salio la tercera temporada?! ME mmuero!!!
TE AMO, CLAIRE BENNET!!!
DAvid: uh, que comparaciones raras...
alelita: viste? estas siempre presente. Si, seria genial. Yo vivo en 888, y me encanta, porque cuano me quiero hacer el re canchero banana pistola digo
"Triple Ocho, baby"
un abrazo para todossss!!!!!!
Y nos vemos en... menos de 70 dias!!!
fizu
Hola Fizu!! soy un seguidor tuyo y me rei mucho de todo, sos un grande!! ahora estoy en NZ y me pasaron muchas cosas parecidas a vos pero no tanto jaja queria preguntarte si por casualidad tenes algun dato del lugar de los duraznos o damascos donde trabajaste.. quizas me sirva ahora que debe ser la cosecha! abrazo! escribi algo mas cuando puedas! La Granja la lei toda tbien ;)
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