Nos levantamos a la mañana siguiente y vimos por la ventana que llovía. En partes nos alegramos, porque más allá que te persiga la pobreza siempre es lindo no trabajar. Desayunamos todos juntos y charlamos con Tonga y el muchachito francés (que resultó ser una chica llamada Nadine).
Aprendimos que Tonga es una isla tropical, onda Fiji, con un régimen monárquico y con una población de hombres morenos y enormes!
La casa no contaba con señal de celular, pero tenía una linda chimenea y TV (desafortunada o afortunadamente sin cable).
Encendimos un fuego y fue un día muy agradable. Siempre reconforta mirar por la ventana y ver que afuera hace más frío que adentro.
Como dije antes el valle consistía en solo tres cabañas y la mansión del jefe, en cuyo garaje dormía un flamante Jaguar. Las tres cabañas tenían nombre y apellido:
La BrigdeHouse, donde vivían una pareja alemana y dos supervisores.
La GirlzHouse donde vivían 5 chicas de China, Francia y Japón.
Y la BoyzHouse, donde vivíamos Tonga, Stephane, Nadine y yo.
Todos laburaban como podadores.
Ustedes se preguntarán por qué la francesa no vivía con las otras chicas? Por qué pusieron a una chica sola, en el medio de la montaña, sin teléfono ni celular, con otros tres hombres?
Cuando les muestre una foto de Nadine, no hará falta responder a tales preguntas.
Al final de la tranquila jornada, nos fuimos a dormir con la esperanza que el tiempo cambiara y pudiéramos trabajar al día siguiente...
Lluvia.
- Y qué hacemos hoy? – preguntó Stephane. Todo el ocio que podíamos hacer lo habíamos hecho el día anterior. Ninguno de los habitantes de la casa tenía auto y no había ni trenes ni micros en la zona. La única manera de llegar a la ciudad desde el valle era a dedo, y así lo hicimos.
Caminamos media hora bajo la llovizna hasta la ruta principal y por suerte el primer auto que vimos, se detuvo y nos llevó a la ciudad.
Dio la casualidad que el conductor del auto era un escritor de una revista de vinos, y había viajado varias veces a Argentina, enamorándose perdidamente de la Patagonia. Después de una amena charla, el buen hombre nos dejó en la puerta de la biblioteca. Antes de despedirnos le di mis datos y le dije que la próxima vez que viajara a Argentina lo invitaría y lo hospedaría, con todos los honores, en el sur.
Hasta la fecha habré conocido a más de 30 personas con planes de viajar a Argentina en el 2008 y a todos y cada uno de ellos, le he prometido un lugar para dormir por tiempo indeterminado, en mi humilde hogar. Espero que no reclamen mi ofrecimiento todos al mismo tiempo porque de ser así voy a estar en problemas.
En la fantástica biblioteca de Christchurch usamos nuestro derecho de retirar hasta 20 libros a la vez, y cuando digo que usamos nuestro derecho, me refiero a que realmente lo usamos, ya que retiramos ni más ni menos que 40 libros.
Entre los títulos que retiré yo se encontraban:
Mil libros que hay que leer antes de morir
12 aventuras de Tin Tin
Asterix en Bretaña
Un libro de recetas de Sopas
Un libro para hacer Pan
Navegación para Idiotas
Astronomía para Idiotas
Francés para Idiotas
Arte para Idiotas
Cuando fui, feliz de la vida, con mi pila de libros, al mostrador para retirarlos, la bibliotecaria me miró con una expresión que no fue difícil de interpretar.
- Este tipo es un idiota.
Envolvimos todos los libros en bolsas de supermercado y los metimos en mi mochilota. Si bien esta tiene una capacidad de 90 litros parece ser que la cultura pesa mucho, ya que a mitad de camino se descosió y hasta el día de hoy ando con la mochila rota (aunque lamentablemente con los zapatitos sanos).
Sucedió que no fue fácil volver a la casa. En la ciudad nadie nos paraba cuando hacíamos dedo y encima empezó a llover más fuerte. Estuvimos en la calle, con el brazo y el pulgar levantado como dos horas y nada. Ya teníamos el brazo y el alma en pedazos, y ya se hacía de noche, cuando un inglés (que trabajaba en demoliciones) se apiadó de nosotros y nos dejó en el valle, si bien no era su destino. Realmente un amor.
Antes de despedirnos le di mi mail y mi teléfono y le dije que cuando fuera a Argentina me llamara.
Esa noche Stephane se enfermó.
Le tomé la temperatura anal y tenía 38 grados y dos líneas.
Nos fuimos a dormir agotados, yo, no sin antes leer Tin Tin y el Tesoro de los Incas.
Tin TIn es un genio.
Lluvia.
Durante toda la semana siguiente Stephane estuvo muy enfermo y hasta en un momento me preocupé. Llegó a tener 39 de fiebre y se sentía para el orto.
Después de analizar por varios meses los precios de la comida y estudiar los requerimientos de hidratos, proteína y lípidos del ser humano, desarrollé la dieta más económica posible sin que implicara muerte por desnutrición. Esta consistía en avena en el desayuno. Arroz, un huevo frito y una rebanada de queso en el almuerzo y finalmente la grandiosa “Sopa 3 Verduras” de cena.
Si bien había retirado un libro con muchas recetas de sopas, con los pocos ingredientes que contaba lo mejor que podía hacer con el libro era meterlo en una cacerola con agua a fuego lento, sal, pimienta, y comérmelo.
Al libro que sí le di muchísimo uso fue al de hacer pan. Me lo leí todo y me fascinó. Todavía recuerdo la Introducción del libro, que decía algo así.
“Hay algo mágico en el pan. No solo el arte y la diversidad de su elaboración. No solo su papel en la Historia de la Humanidad. Sino que hay algo mágico en sí mismo. El pan es algo que desborda todos los sentidos al mismo tiempo, como pocas cosas en el mundo pueden lograrlo.
Quebrar con las manos un pan tibio. Oler su aroma fresco, de bienvenida, de hogar, de calidez. Escuchar los crispidos de su corteza crujiente al ser quebrado y compartido, y sentir su sabor a 5000 años de historia y amistad.
Comer un es una experiencia más que gastronómica... es una experiencia casi sensual”
Y es verdad, loco!
Yo tengo otra intro en el caso que alguna vez escriba un libro de cómo hacer pan
“El pan se la re banca. Que tire la primer piedra aquel que haya ido al supermercado y haya comprado una baguette y en el mismo minuto de haberla puesta en el chango, no le haya arrancado la punta y se la haya comido con placer y glotonería. Que tire la primer piedra aquel que después de haber hecho esto, una vez en la caja, cuando la chica agarre el pan, todo mordisqueado y chupeteado y nos mire cómplice, no le sonriamos con la cara llena de migas y sin ningún arrepentimiento le contestemos?
- Sí, me comí la baguette... y qué?!”
Amasando todas las tardes pan y tomando sopa 3 verduras y con Stephane enfermó se pasaron varios días rápidamente.
Lluvia.
Después de leer 11 aventuras de Tin Tin, la número 12 no me sorprendió mucho y descubrí que eran todas iguales.
Tin tin era un pelotudo.
Como, debido a mi impaciencia el pan a veces me salía un toquesín piedra pómez, hice el experimento de dejarlo levar 48 horas. Finalmente el bollo estaba tan grande y flácido que apenas pude meterlo dentro del horno. El resultado no fue bueno y además se me quemó.
Esa noche, medio molesto, me pregunté si había hecho bien en rechazar el trabajo del tambo Si había hecho bien en no separarme de Stephane. De todas formas concluí que esa clase de preguntas no tienen sentido y son imposibles. No hay manera de saber los hipotéticos resultados de nuestras pasadas decisiones. Tal vez si aceptaba el trabajo y me separaba de Stephane, al día siguiente me ganaba el Loto, me compraba un globo y le daba 3 vueltas al mundo. En ese caso mi decisión hubiese sido correcta. Talvez si aceptaba el trabajo y me separaba de Stephane, al día siguiente me pisaba un tren y quedaba en estado potus por el resto de mi vida, y en ese caso hubiese sido una pésima decisión.
Talvez si aceptaba el trabajo y me separaba de Stephane, al día siguiente me pisaba un tren y quedaba en estado potus por el resto de mi vida y en el hospital me ganaba el Loto, me compraba un globo y le daba 3 vueltas al mundo. En ese caso mi decisión hubiese sido regular. Imposible de saber.
Lo mejor que podía hacer, dadas las circunstancias, era tratar de aprovechar y disfrutar al máximo estar en este valle encantado (pero sin dinosaurios) y tratar de sacarle lo mejor.
Con ese positivo pensamiento, me dormí más tranquilo.
Lluvia.
Me levanté temprano, desayuné mi ración de avena (e hice trampa clavándome una rebanada de queso) y reempecé con mi entrenamiento de sumo. Me puse un impermeable y salí a correr. Hice gimnasia, elongué y salté.
Esa semana trepé a algunas montañas y me sentía Rocky (como el boxeador, no el koreano podador)
También me hice amigo de un pobre caballo solitario que había en un establo. Todos los días, cada vez que salía a correr, le cortaba pasto, se lo daba en la boca y después me colgaba unos quince minutos mirándolo y acariciándole el morro.
Esa semana trepé a algunas montañas y me sentía Rocky (como el boxeador, no el koreano podador)
También me hice amigo de un pobre caballo solitario que había en un establo. Todos los días, cada vez que salía a correr, le cortaba pasto, se lo daba en la boca y después me colgaba unos quince minutos mirándolo y acariciándole el morro.
Lo bauticé Bruno.
Se hizo Agosto y empezaron las Olimpiadas en Beijing. Stephane ya se sentía mejor y juntos nos enganchamos viendo a las chicas de Rusia dar piruetas en la barra. Los comentarios que hacíamos eran obvios y chabacanos. Más de 6 meses de celibato me estaban afectando.
Todos las noches, antes de dormir, nos preguntábamos si debíamos irnos a otra ciudad, a otro trabajo. El problema era que estaba lloviendo en todo el país, así que todos los trabajos relacionados con agricultura estaban en la misma (excepto el tambo, donde se ordeña todos los días sin importar las condiciones).
Además, siempre decíamos
“Ya llovió 10 días seguidos. Mañana tiene que parar”
“Ya van 20 días. No puede seguir lloviendo”
Realmente era difícil de creer que pudiera llover tanto tiempo seguido.
Lluvia
Así pasaron 30 días. Leí y estudie como nunca en mi vida. Practicamos mucho francés y español. Un tarde charlando con Tonga y Nadine descubrimos que Vanesa y Romina (las dos chicas argentina-japonesas, amigas de las Gallegas) habían trabajado un mes en el valle y habían vivido en la GirlzHouse.
Tonga y Nadine estaban trabajando en el valle desde hace 7 meses!
De repente me di cuenta que estábamos disfrutando mucho nuestra estadía allí. La vida tenía un ritmo y una paz a la cual no estábamos acostumbrados. A veces me quedaba mirando por la ventana una hora, sin la necesidad de ningún estimulo o distracción. Sin la necesidad de tener que estar produciendo algo.
Talvez me quedase en esa casa, en ese valle, varios meses mas, hasta que me quedara sin plata y tuviera que volver, o hasta que me quisiera volver.
De todas formas gastábamos solo 15 dólares por semana en comida (no es nada!!!) No se como hacíamos.
Y así pasaron 30 días, y eso fue todo lo que hice, hasta que un día me di cuenta que me había acostumbrado y le había agarrado el gusto a la lluvia...
Sol.
Nos levantamos y había algo diferente en el ambiente. Algo no estaba bien. En vez del murmullo de las gotas escuchábamos el canto de pajaritos. Corrimos las cortinas y casi nos quedamos ciegos al ver el fuerte brillo del sol de la mañana después de tantos días de sombras. Los supervisores vinieron corriendo (ya que en un mes sin podar, teníamos que adelantar un montón de trabajo) y reempezamos a trabajar.
Dos días después, mientras trabajamos, el pitido de mi celular me sorprendió totalmente. Parece ser que desde los duraznos, que estaban cerca de la casa del jefe, sí tenía señal.
Atendí y una mujer me dijo
- Federico Quiroga?
- Sí
- Te llamo desde Frenz (una empresa que hacen de intermediarios entre empleados y tambos) Hace unas semanas recibimos un mail tuyo diciendo que buscabas trabajo en un tambo. Resulta ser que hay un tambo que necesita urgente un empleado. Todavía estás buscando empleo?
- Sí, es lo que más quiero. Pero somos dos.
- Aha... dejame consultar. Te llamo en 5 minutos. – transcurrido la mitad de este tiempo, el teléfono volvió a sonar.
- Acabo de hablar con el dueño de la granja y aceptó. Ustedes podrían venir a Ashburton así terminamos de arreglar todos los detalles?
- Entonces ya seguro que tenemos trabajo en un tambo?
- Sí, seguro.
Le comenté a los gritos la noticia a Stephane y nos abrazamos entre lágrimas. Ahora no importaba si llovía o no. Trabajaríamos siempre. La paga era la mínima pero trabajar en un tambo implica hacerlo durante más de 12 horas por día. Finalmente aprendería un montón. Finalmente trabajaría con vacas, que es algo, que el personal, necesitaba muchísimo.
Le explicamos honestamente a nuestros supervisores nuestra situación y estaban contentos por nosotros. Nos despedimos, hicimos nuestras valijas y nos fuimos, a dedo, a Ashburton que no estaba a más de 50 km del Valle. (Esta es el pueblo donde trabajamos con las papas, hace una vida atrás)
Llegamos a las oficinas de Frenz, y esta vez sí, parecía todo solucionado. Esta vez si, todo se arreglaría, esta vez sí, ahorraríamos toda la plata necesaria para viajar Asia.
Esta vez sí... esta vez me tenía que tocar!
Entramos a la oficina, y allí nos atendió, Carol, la mujer con la que habíamos hablado por teléfono. Era una neozelandesa bastante bonita de unos 40 años, con cabello lacio y claro y vestida con un sobrio uniforme azul. No sentí ni frío ni calor, ni miedo ni tranquilidad, ni algo ni nada, cuando al ver su bello y pálido rostro, nos encontramos con unos inmensos, gruesos, rubios y largos....
.... Bigotes.
FIN DE LA QUINTA PARTE
Se hizo Agosto y empezaron las Olimpiadas en Beijing. Stephane ya se sentía mejor y juntos nos enganchamos viendo a las chicas de Rusia dar piruetas en la barra. Los comentarios que hacíamos eran obvios y chabacanos. Más de 6 meses de celibato me estaban afectando.
Todos las noches, antes de dormir, nos preguntábamos si debíamos irnos a otra ciudad, a otro trabajo. El problema era que estaba lloviendo en todo el país, así que todos los trabajos relacionados con agricultura estaban en la misma (excepto el tambo, donde se ordeña todos los días sin importar las condiciones).
Además, siempre decíamos
“Ya llovió 10 días seguidos. Mañana tiene que parar”
“Ya van 20 días. No puede seguir lloviendo”
Realmente era difícil de creer que pudiera llover tanto tiempo seguido.
Lluvia
Así pasaron 30 días. Leí y estudie como nunca en mi vida. Practicamos mucho francés y español. Un tarde charlando con Tonga y Nadine descubrimos que Vanesa y Romina (las dos chicas argentina-japonesas, amigas de las Gallegas) habían trabajado un mes en el valle y habían vivido en la GirlzHouse.
Tonga y Nadine estaban trabajando en el valle desde hace 7 meses!
De repente me di cuenta que estábamos disfrutando mucho nuestra estadía allí. La vida tenía un ritmo y una paz a la cual no estábamos acostumbrados. A veces me quedaba mirando por la ventana una hora, sin la necesidad de ningún estimulo o distracción. Sin la necesidad de tener que estar produciendo algo.
Talvez me quedase en esa casa, en ese valle, varios meses mas, hasta que me quedara sin plata y tuviera que volver, o hasta que me quisiera volver.
De todas formas gastábamos solo 15 dólares por semana en comida (no es nada!!!) No se como hacíamos.
Y así pasaron 30 días, y eso fue todo lo que hice, hasta que un día me di cuenta que me había acostumbrado y le había agarrado el gusto a la lluvia...
Sol.
Nos levantamos y había algo diferente en el ambiente. Algo no estaba bien. En vez del murmullo de las gotas escuchábamos el canto de pajaritos. Corrimos las cortinas y casi nos quedamos ciegos al ver el fuerte brillo del sol de la mañana después de tantos días de sombras. Los supervisores vinieron corriendo (ya que en un mes sin podar, teníamos que adelantar un montón de trabajo) y reempezamos a trabajar.
Dos días después, mientras trabajamos, el pitido de mi celular me sorprendió totalmente. Parece ser que desde los duraznos, que estaban cerca de la casa del jefe, sí tenía señal.
Atendí y una mujer me dijo
- Federico Quiroga?
- Sí
- Te llamo desde Frenz (una empresa que hacen de intermediarios entre empleados y tambos) Hace unas semanas recibimos un mail tuyo diciendo que buscabas trabajo en un tambo. Resulta ser que hay un tambo que necesita urgente un empleado. Todavía estás buscando empleo?
- Sí, es lo que más quiero. Pero somos dos.
- Aha... dejame consultar. Te llamo en 5 minutos. – transcurrido la mitad de este tiempo, el teléfono volvió a sonar.
- Acabo de hablar con el dueño de la granja y aceptó. Ustedes podrían venir a Ashburton así terminamos de arreglar todos los detalles?
- Entonces ya seguro que tenemos trabajo en un tambo?
- Sí, seguro.
Le comenté a los gritos la noticia a Stephane y nos abrazamos entre lágrimas. Ahora no importaba si llovía o no. Trabajaríamos siempre. La paga era la mínima pero trabajar en un tambo implica hacerlo durante más de 12 horas por día. Finalmente aprendería un montón. Finalmente trabajaría con vacas, que es algo, que el personal, necesitaba muchísimo.
Le explicamos honestamente a nuestros supervisores nuestra situación y estaban contentos por nosotros. Nos despedimos, hicimos nuestras valijas y nos fuimos, a dedo, a Ashburton que no estaba a más de 50 km del Valle. (Esta es el pueblo donde trabajamos con las papas, hace una vida atrás)
Llegamos a las oficinas de Frenz, y esta vez sí, parecía todo solucionado. Esta vez si, todo se arreglaría, esta vez sí, ahorraríamos toda la plata necesaria para viajar Asia.
Esta vez sí... esta vez me tenía que tocar!
Entramos a la oficina, y allí nos atendió, Carol, la mujer con la que habíamos hablado por teléfono. Era una neozelandesa bastante bonita de unos 40 años, con cabello lacio y claro y vestida con un sobrio uniforme azul. No sentí ni frío ni calor, ni miedo ni tranquilidad, ni algo ni nada, cuando al ver su bello y pálido rostro, nos encontramos con unos inmensos, gruesos, rubios y largos....
.... Bigotes.
FIN DE LA QUINTA PARTE
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10 comentarios:
Por unos segundos me llegaron a la mente imagenes de cien años de soledad( que es bueno decir es un libro que descubri en la isla, en la cual la vida no distaba mucho de los que sucedia en esta granja.No por la lluvia sino por el ritmo)
Supongo que en situaciones como esta la frase " Siempre que llovio, paro" cobra un nuevo sentido.
Hay algo que no me queda claro, los bigotes estaban en a cara de la señorita, o es que acaso ella era la recepcionista y los bigotes eran de la cara del empleador??
Abrazotes grandes
Uh, cierto.
En nueva zelanda ví un par de mujeres con bigotes, pero eran más bien viejas o travestis samoanos.
Me urge que reveles el origen de esta anomalía.
hola!!! los saludos ahora porque talvez pase una semana y no me pueda volver a conectar.
morsiva: jaja, en la isla nos llovio solo 10 dias, despues tuvimos 20 dias de sol. Pero si, el ritmo alla es hermoso.
tus dudas seran explicadas en el proximo post.
abrazo morsin, ah te mande un mail.
julian!: che, que ciudades recorriste en NZ? vos tenias tambien un blog, no? pone el link asi lo leo!
Oh, Dios mio! ya estoy hablando como un miembro de la comunidad Blogger!
jajaj, hablando de eso, recibi un mail de un chico de Tandil, diciendo que leyo un post de fantasmas en Mitociencia y dice que vio fantasmas y quiere que lo ayude a investigar.
Obviamente ya le respondi diciendo que lo primero que iba a ser en mi vuelta era pegarle una visita y llegar a la verdad del asunto.
Bueno, amigos! Mil disculpas que este sabado no hay post. De todas formas reafirmo mi promesa de ponerme al dia con el blog antes de anio nuevo.
Mil gracias por los saluditos, que me re divierten y me motivan a seguir escribiendo!!
abrazo para todoss y nos vemos el 22 de febrero!!!!!!
fizu
La bigote-señal acecha en todos los continentes por igual!
amo tu blog. no me conoces, no te conozco, pero el fin de semana pasado me desvelé leyéndote, y encantándome con tus historias.
gracias por compartir tus momentos, haciéndome pasar uno muy agradable.
besos y suerte
Fizu querido!! estoy a full con tu blog pero no firmo porque me sale caro conectarme.
Che estoy preocupado, como nadie sabe donde estas, cada vez que veo alguna noticia rara por el mundo miro la tele a ver si veo tu cara en los quilombos de tailandia o los atentados de india, jaja
Es verdad que fuiste vos el que le tiro un zapato a Bush??
Abrazo
Ok, eso fue un spoiler GIGANTESCO, banéenlo.
y la foto de Nadine??
Realmente "un amor"?
¿Bigotes? ¿Es cierto que era un espía del FBI? Tal vez los siguen porque acaban de involucrarse en una compleja cadena de eventos que conducen a un elevado indice de INTRIGA INTERNACIONAL..
Cuidado, amigos. Cuidado!
muy lindos todos esos libros, pero loco: "elige tu propia aventura" no existen en NZ??!! con tan solo un libro de esa maravillosa coleccion y ahora tendrias la mochila sana por ejemplo...
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