sábado, 31 de enero de 2009

Antes del Amanecer (Versión Tailandesa)

Era domingo 28 de diciembre del 2008. A las 8:00 sonó la alarma del celular. Era un buen augurio ya que el 8 es, tradicionalmente, el número de la suerte en Asia, por eso mismo las Olimpiadas en Beijing comenzaron el 8 del 8 del 2008.

Me levanté tranquila y lentamente. Viajar solo implicaba hacerlo más silenciosamente por lo cual eso también traía consigo una novedosa paz.
Me pegué una ducha, desayuné 3 bananas…(3 bananas… cuánta miseria) y salí caminar.
En las calles no se veía ni un turista. Como la noche anterior había sido sábado, hasta el mediodía iban a estar todos recuperándose de la resaca, por lo cual Bangkok hoy les pertenecía solo a los tailandeses y se los podía observar en su verdadera rutina y no vendiendo remeras y pulseritas.
Caminé y caminé sin rumbo alguno hasta que el río interrumpió mi paso. El solo hecho de pasear y mirar por las calles de la ciudad era un placer. Como me dolían un poco los pies (ya que el local donde compré las zapatillas también vendía autitos de juguete, y porque ya me estoy volviendo un viejo choto) decidí entrar a un templo. Me descalcé e ingresé en silencio para sentarme al frente del Buda, y si bien aparentaba meditar, la real intención era descansar y tomar un poco de aire. Ya eran las 10 de la mañana y se estaba volviendo muy caluroso y estos templos, por alguna extraña mística razón, siempre se mantienen frescos y agradables.
Me quedé allí varios minutos observando el lugar. Todos los templos son muy parecidos y muy lindos. Todos son un salón grande, con las paredes llenas de dibujitos y adornos dorados. No hay sillas, ni nada, salvo un gran Buda dorado en el centro, con las piernas cruzadas, y generalmente saludando con la mano, como diciendo “STOP!, OLVIDALO!”.
Como en cada cuadra hay un templo, por efecto dilución, estos se encuentran generalmente vacíos o con muy poca gente. En este, solo había un monje pelado, con anteojos y vestido con su túnica naranja, y una chica jovencita. Ambos estaban de espaldas a mí, pues me había sentado al fondo.
Cuando ya me dolía un poco la espalda de estar sentado con las piernas cruzadas (qué viejo choto!) salí del lugar y fui al zapatero a buscar mi calzado.
Me encontraba sentado, atándome los cordones y listo para continuar mi marcha, cuando la tailandesa que estaba dentro rezando, salió y se acercó también para buscar sus zapatitos chinos.
Por primera vez le vi la cara. Era chiquita, bonita y bien china. No era hermosa y además no la vi con ojos de palomo en celo, porque tal vez tenía 15 años y además un templo budista, domingo a las 10 de la mañana no me parecía el mejor lugar ni mejor momento para ponerme en langa.
De todas formas calculo que me sentía un poco solitario y tenía ganas de hacer sociales.

- Venís siempre a este templo? – le pregunté no muy original.
- No...- respondió y me miró un poco desconfiada, si bien a los segundos agregó.
- Este es el templo favorito de mi madre. Ella venía acá todos los días.
- Ya no viene más? – pregunté
- Es que venía todos los días por mí. Yo estuve internada en aquel hospital, al otro lado del río – me explicó mientras señalaba con la mano. Miré y se veía un edificio grande, cuadrado y blanco, el cual calculo, era el hospital.
- Ahh. Y ahora vos estás sana. Qué bien! Mi mama también rezaba para que me fuera bien en la Facultad.
- Y te fue bien?
- Ehhh…No… Parece que tu dios, es más poderoso que el mío.

Lo más normal hubiese sido que procediera a despedirme y seguir mi camino, pero otra vez, las ganas de charlar con alguien me dieron un empujoncito en la espalda, por lo cual me animé a decirle

- Escucha, estoy recorriendo Bangkok solo y me parece que sería mucho más divertido si lo hiciera con alguien de Tailandia. Qué decís? Tenés algo que hacer ahora?
- No, no tengo nada que hacer... pero no se. – respondió dudando.
- Tenés ganas de que demos una vuelta por la ciudad. Yo tenía pensado ir al Mercado Central. Podemos ir y allá te invito a almorzar – traté de sobornarla.
- Mmm….
- Después, a la tarde, te acompaño hasta tu casa si querés.
- Vivo a dos horas y media de acá.
- Uh!... bueno, te acompaño hasta el colectivo. – la chica tailandesa se tomó varios segundo para decidirse. Me estudió un poco y supongo que percibió que no era un asesino serial. Finalmente respondió
- Está bien! Es un lindo día para ir al mercado.
- Genial! Vamos entonces. Cómo te llamás?
- Mem... y usted, Mister? (textual)
- Fizu
- Aahh...- repitió – Mister Fizu.
- No, sin el mister. – pero no sé si por chiste o qué, a partir de aquel momento siempre fui Mister Fizu (lo cual me encantaba porque me hacía acordar a Mr T)

Hicimos unas cuadras y me di cuenta que no tenía ni idea de cómo ir al mercado. Saqué mi libro de Lonely Planet y el mapa era imposible de entender. Como Mem advirtió que estaba más perdido que Mustafá en la neblina, intervino convenientemente

- Estamos muy lejos del mercado. Lo mejor es tomarse un bote y combinar con el tren.

La idea sonaba muy bien. Los dos días anteriores también había acabado en el río, es decir que este había cortado mi marcha, y estaba tentadísimo de subirme al bote-colectivo pero no me había animado porque no sabía adonde iba y no había carteles en inglés ni cristiano.
Fuimos hasta el muelle y compramos dos boletos. Ella los pidió en tailandés y yo los pagué. Eran muy baratos, 14 bats cada uno (un peso cuarenta)
Nos subimos al bote y si bien había algunos asientos libres, yo prefería ir parado, apoyado en la baranda de la cubierta viendo el paisaje. Vi un único lugar libre, en la baranda, y le dije Mem de ubicarnos allí, pero ella me detuvo.

- No puedo pararme ahí.
- Qué? Por qué no?
- Por el monje – y fue allí que me di cuenta que estaba vacío porque en el medio había un monje budista y parecía que nadie se le podía acercar.
- En serio? Yo tampoco?
- Vos sí. Solo los tailandeses no podemos estar cerca ni hablarle. Sin embargo, si vos te parás entre él y yo, ahí si podríamos quizás estar en la baranda.
- Y dale entonces!

Me ubiqué al lado del monje, y Mem al lado mío, y de esa manera, Mem, el monje y Buda contentos.

Le decisión de invitar a Mem había sido genial. No solo era muy simpática, sino que también tenía vocación de guía turística. Me explicaba todo con lujo de detalles. Su inglés no era muy bueno, incluso por momentos me hablada y durante 5 minutos no entendía ni una palabra. Yo igual sonreía con la boca medio abierta y asentía respetuosamente. Como mi inglés tampoco es el mejor, le hablaba muy lento, pausado y con muchísima mímica y pantomimas. Estoy seguro que desde lejos parecíamos sordo mudos.

- Por qué hay tanta propaganda sobre el Rey? – le pregunté ya que era imposible no ver por cada calle y en cada esquina una foto enorme del Rey de Tailandia.
- Porque todos aman al Rey.
- Es bueno?
- Sí, es muy bueno... y todos lo aman.

Cuando nos bajamos del bote, hicimos un par de metros y nos metimos en el Sky Train, que es un tren que va como por una autopista a bastante altura por todo Bangkok. Me sentía re pistola, usando el transporte público tailandés, con mi amiga tailandesa.

Media hora después llegamos al Mercado Central de Bangkok y el mercado más grande de Sudeste Asiático. Es impresionante. Es un predio con miles de puestitos donde se vende TODO. Desde ropa, comida, libros, baratijas y flores, hasta serpientes, consoladores y pececitos de colores.
También había un montón de puestos que vendían fotos coleccionables e inéditas del Rey. Había una del rey dándole de comer en la boca a otro hombre (un poco rara). Otra de él sacando una foto. Otra de él atándose los cordones y muchas más. Se vendían como empanadas de jamón y queso.

A eso de las 13, encontramos un puesto de comida y nos ubicamos en un mesa.

- Pedí lo que quieras, Mem. Yo invito – dije bacán bacán.
- Lo que yo quiera? Gracias!
- Claro! Argentina es un país muy prospero. – respondí sonriendo y confiado, si bien por dentro rezaba “Qué no pida algo muy caro, qué no pida algo muy caro!” y hacía cálculos mentales de cuánta plata me quedaba para el resto del viaje.

Con la ayuda de Mem, por primera vez en Asia, pude ordenar comida y saber efectivamente qué estaba pidiendo. La mayoría de las veces (especialmente en los restaurantes baratos que no tiene el menú traducido) ordenar un plato es un salto de fe.
Recuerdo que en Indonesia, una noche, pedí algo del menú señalándolo con el dedo (solo porque se me hacía tentador el nombre). La chica que me atendió (que no hablaba inglés) me ofreció algo más y le dije que no. A mi no me van a meter el carro, pensé. Llegó el plato y era como una sopa espesa. Le pegué una probada y ahhh!!! estaba incomible de lo picante que era. Igual, de terco nomás, a pequeñas cucharadas me lo comí todo. Las dos mozas me miraban y se reían sonrojadas. Yo pensaba que estaban risueñas porque esa noche me había bañado con shampoo y me había peinado con raya al costado, pero no… después entendí que lo que había ordenado era una salsa, y lo que me ofrecía la mujer era arroz para comer con la misma. Y también entendí por qué se burlaban de mí. Imaginen a un japonés que entra a un restaurant italiano y se pide y se come, contento y orgulloso, un buen plato de boloñesa.

La cuestión fue que finalmente me pedí arroz chino con castañas de cajú y ella arroz blanco con verduritas. Igualmente le dio dos bocados y dijo que ya estaba llena así que, chocho de la vida, me comí los dos platos.

- He notado que los tailandeses son todos muy flaquitos?
- Sí, porque a diferencia de los occidentales comemos muy sano.
- Sano? Comen todo frito.
- Sí, pero comemos poquito. Además comemos arroz y uds comen harina de trigo. Y nosotros comemos frito con aceite y uds comen mucha grasa de carne y manteca.
- Ahh... puede ser.

Es verdad que comen poquito. Las porciones eran mínimas. Siempre cuando me traían un plato y veía la poquita cantidad de comida pensaba "Qué miseria. Me voy a morir de hambre con esto", sin embargo después de comerlo uno siempre se encuentra satisfecho. Atribuyo esta propiedad, a la cantidad de picante que le echan a todo. En Argentina, tranquilamente, uno se puede comer tres platos de puré, o dos platos (bien cargados) de arroz con crema de leche. En Tailandia a veces apenas podía terminar el plato con la cantidad de ajíes y pimientos que le ponían. Tal vez lo picante es una adaptación culinaria para países con problemas en la distribución de alimentos. Y además también uno se tiene que bajar un sifón de soda para apagar el fuego del estómago, produciendo un mayor efecto llenado.

- Has visitado otros países, Mr Fizu?
- Sí, estuve trabajando un año en Nueva Zelanda… y después visité algunos lugares más… y en Vietnam vi como cocinaban un perro a la parrilla.
- Sí, eso es muy común. Nunca has comido perro?
- Qué?! No! Vos comés perro? – pregunté horrorizado
- No! No me gusta la carne de perro – respondió Mem medio a la defensiva
- Aha!! – grité señalandola con el dedo, poniéndome de pie y derribando mi silla – entonces has comido perro?
- Bueno, sí. Alguna vez he comido. Pero no entiendo por qué es tan terrible.
- Porque yo amo los perros!(I love dogs)
- No entiendo! Te gustan o no te gustan?
- Me gustan pero como mascotas! Me gusta jugar con ellos, y sus ojos tristes y que hagan fiesta cuando uno llega a la casa. Pero no me gustan como para comérmelos!!
- Está bien, está bien. No te alteres...
Y una vez que me tranquilicé y me volví a sentar, los dos dijimos al mismo tiempo
- Oh, my God
- Oh, my Budha. – y no pudimos menos que reír medio bobos.

Después de almorzar seguimos recorriendo un par de horas más y apenas salimos del mercado, cruzamos a unos parques inmensos (algo así como los Lagos de Palermo de Bangkok).

Mem venía proponiendo desde hace horas de alquilar unas bicicletas. Yo me estaba empezando a preocupar porque me estaba quedando sin bats y al ser domingo, no disponía de alguna casa de cambio abierta. Ya estaba bocetando un argumento para caretearla.

Fuimos al puesto del bicicletero y Mem le preguntó algo en tailandés.

- Cada bici cuesta 60 bats. – me tradujo
- Aha... alquilamos dos o una? Creo que sería más divertido si vamos los dos en la misma bici, no?
- Bueno! – respondió contenta Mem, sin sospechar que yo no era un tierno sino una miserable rata.

Dimos unas vueltas a los lagos y allí se notó la destreza sobrenatural de los asiáticos para andar en vehículos de dos ruedas. Por las calles me cansé de ver hasta 4 chinitos en una moto mínima. En este caso, Mem se sentó en el caño, con las piernitas cruzadas hacia un costado. Y si bien yo iba zigzagueando medio a los ponchazos, Mem nunca perdía el equilibrio y la elegancia.

Luego de dar unas vueltas vimos una clase multitudinaria de aerobics (más de 300 personas calculo). Dejamos la bici y nos unimos a la clase. Era loquísimo que había un par de linyeras que bailaban re bien, como si hiciesen la clase todos los fines de semana.
Yo me desquicié bailando y Mem era un poco más tímida. Ya cuando no daba más nos alejamos y nos sentamos en un banco a la orilla del lago.

Estaba atardeciendo.

La conversación se fue derivando hacia nuestras vidas. Yo le conté sobre mis cosas, el perro, el gato, que una vez me atraparon robando en Carrefour, etc. Y ella me contó sobre la suyas. Mem tenía 25 años (nunca pude acertar con la edad de los asiáticos). Era fanatica total del Chelsea y era arquera profesional de un famoso equipo de Tailandia (ja, no, esto último lo inventé). Trabajaba en un call center y ganaba 6000 bats por mes (unos 600 pesos). Sus padres vivían a las afueras de Bangkok y tenían una granja de arroz. Me explicó un poco más cómo funcionaba dicha granja pero lamentablemente no le entendí bien. Ella vivía con sus dos hermanos mayores y parecía una chica buena, dulce y honesta.

- Por qué fue que estuviste internada en el hospital? – le pregunté, si bien ella hizo una pausa como si no le gustase mucho abordar el tema.
- Por favor, que no haya sido una operación de cambio de sexo. – pensé nervioso, sin embargo Mem contestó
- Hace medio año yo tenía este problema que no podía comer y el medico me dijo que me tenían que operar, que me tenían que remover medio estomago...
- Uh
- ...y la operación se complicó y tuve unos problemas y estuve tres meses internada...
- Tres meses?
- Sí, y mi mamá cada día viajaba desde el pueblo y me cuidaba.
- Ah... y también iba al templo donde nos conocimos... – adiviné
- Sí...
- Hace cuánto te dieron de alta?
- Dos semanas atrás... – y hubo otro silencio. Allí entendí por qué Mem apenas le había dado dos bocados a su arroz con verduritas y tal vez, por que había bailado aerobics solo dos minutos... Mi poder deductivo a veces me asusta.

Si bien hasta aquel momento ninguno había dado algún indicio concreto de interés en el otro, le tomé a mano y ella se dejó.
- El bote, el tren, el mercado, el lago, el aterdecer... fui un día hermoso, Mem – dije con sinceridad.
- Yo también la pasé muy bien. Estoy contenta que me hayas invitado – y dicho esto me miró con su dulce sonrisa y sus lindos ojos chinocas.

Y de repente, escuché aquel silencio...

Aquel intenso silencio de la mutua aceptación entre dos personas que no tienen nada en común, excepto todo.

Aquel maravilloso silencio de la máxima y más linda coincidencia.

Aquel increíble silencio que se escribe y se pronuncia igual en todos y cada uno de los idiomas.

Y sin querer, y sin pensarlo, acerqué mi cara a la de ella y justo antes de que todo aquello culminara en un beso, ella dijo

- No! – y riendo un poco tomó distancia con el brazo, mirando nerviosa para ambos costados.
- Esto es Tailandia (100% textual) – me explicó – no nos podemos besar, la gente nos mira.

Increíble. Está lleno de prostitutas y travestis, sin embargo es de muy mala educación expresar cariño en la vía pública.

- Ah, perdón. – respondí.

Salimos del parque y nos tomamos un bondi a Kao San Road. Esto fue un gran gesto de bondad de su parte, ya que podría haberse ido directamente a su casa, pero como yo no estaba de local, insistió con acompañarme a mi barrio.

Era de noche y Mem trabajaba al día siguiente por lo cual no podía volver muy tarde. De todas formas se nos antojó un helado.
Fuimos al Mc Donalds y pedimos dos conos. Helado en mano la acompañé hasta la parada del colectivo que la llevaría a su casa.

Después de charlar y esperar un buen rato, vimos que a lo lejos se acercaba el bondi.

- Bueno, Mem – dije a modo de despedida – He pasado mi mejor día en Asia. Gracias. Ojalá que algún día nos volvamos a ver.
- Por qué no pasamos el 31 juntos? - propuso Mem de repente.
- Año Nuevo? No tenés que pasar las fiestas con tu familia?
- No, mis padres viven muy lejos de mi casa, ya te expliqué. Yo salgo del trabajo a las 16, si querés a las 18 nos podemos encontrar.
- Bueno.. – respondí medio tomado por sorpresa - ... podemos ir al cine, no?
- Sí!! Genial!! Entonces a las 18 en la puerta del Siam Paragon. Te parece bien? – preguntó Mem rápidamente ya que el colectivo estaba a menos de una cuadra.
- Listo, quedamos así – le dije si bien no tenía ni idea qué era ni dónde quedaba este Siam Paragon.

Mem hizo señas para detener el colectivo, miró varias veces para los costados, y al ver que no había nadie mirando, se me colgó del cuello y me besó.

Y nos besamos.

El chofer frenó y Mem subió de un salto. Colgada desde la puerta me hizo la V de la victoria (saludo peronista muy popular en Asia)
- Adiós, Mem! - grité desde la vereda
- Adiós, Mr Fizu! Nos vemos el 31. No faltes! – y el colectivo arrancó a toda velocidad, perdiéndose en las calles de Bangkok.

Volví caminando lentamente hacia mi hostería, no sin antes comprar otro conito. Una vez en el hotel, me acosté en la cama sin sábanas de mi diminuta habitación y comencé a recordar y revivir aquel loco día que había pasado.
El cuarto estaba vacío y silencioso, y si bien me encontraba muy lejos de mi casa, de mis cosas y de mi gente, me di cuenta que no me sentía triste ni nada por el estilo. Es más, estaba muy contento y me sentía especial y apreciado, porque más allá de todo, en Tailandia, yo no estaba totalmente solo, tenía una amiga de verdad.

La simpática y amorosa chinita, llamada Mem.


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16 comentarios:

kiwijuan dijo...

Simplemente genial!!
Que linda la chinita, jaja

Anónimo dijo...

qué placer entrar al blog y ver que actualizaste!!
hermosa historia

Anónimo dijo...

Fizu! posteate una foto de la chinita mem! y si la chinita es inventada, no importa, buscate alguna foto en google, total te vamos a creer igual.

Anónimo dijo...

jaja, tengo fotos en el celular pero no tengo el cable, en BUenos Aires las subo. Igual Juan la conocio asi que no me deja mentir.

Ah, otra muy graciosa: Mem abrio una cuenta en Facebook y solo tiene dos amigos: Juan y yo, y creo que no tiene ni idea de como usarlo, ya que se unio al grupo: Egresados del Colegio Van Gelderen!!

abrazo!
fizu

Anónimo dijo...

(la misma anonima de antes)

no te puedo creer, qué genia mem!! Van Gelderen es mi colegio primario! ajajajaj

Aguante la chinita...

se espera con ansias el próximo capítulo :D

Anónimo dijo...

uhhh... ahora ya sabemos que se vuelven a ver!!... te auto spoileaste!

le cantaste "pamela chu"??

Romi dijo...

Fizu.. hace poco dias que conoci tu blog y no pude pasar de leerlo. Realmente increible!!

Cada vez dan mas ganas de vivir esa experiencia: NZ, Asia.

Q pena.. yo tambien queria ver fotos de la chinita!!

x dijo...

Snifffff....
Esto es mejor q ir al cine...

Anónimo dijo...

Genial, simplemente genial.
En este momento estoy de pie y aplaudiendo ( en realidad estoy sentado escribiendo , pero lo estaba hace un segundo)
Cuando todos querian , solicitaban , exigian la entrada de una bella dama ( ho histerica) el autor te tira por la cabeza una mujer agradable que uno supone que es una niña pero que en un giro del guion y gracias a las diferecias raciales resulta ser una mujer.
Grandioso.

Pd: Fizu las legiones del mal se estan preparando para tu retorno, claro que tambien flash, batman ,superman y sus aliados se alinean para detenerlos.

Anónimo dijo...

Adoro a Mem!!!
traetela adentro de la valija!

Unknown dijo...

No puedo creer que ya estemos entrando en los últimos capítulos, justo ahora que la historia había pegado un vuelco tan interesante, finalmente volvía a aparecer el amor tras la decepción de María. Fue uno de tus mejores capítulos, pero lamentablemente tengo que coincidir con Duende ¡mataste toda la intriga! Al terminar de leer me quede pensando si ibas a ser capaz de encontrar el Siam Paragon, si ibas a llegar a tiempo, si ella iba a ir, si pasabas año nuevo con ella o con Juan. Fue tan maravilloso el día que relataste que pensé que tal vez era solo eso, un sueño mágico que termino con un beso y viéndola alejarse en la noche, para luego despertar nuevamente en el templo budista y darte cuenta de que alucinaste producto de lo que se estaban fumando los monjes y que decidieron compartir con vos.
Había tantas alternativas y ahora ya sé que no solo la vas a volver a ver sino también que se la vas a presentar a Juan…
Por último ¿seguro que tenia 25? Digo, no sería la primera vez que te mienten en el viaje, pude ser que efectivamente tuviera 15, pero tras pasar un día juntos supo que eras una persona demasiado integra como salir con una menor, lo que la obligo a mentir para que prospere su relación.
De todas formas muy buen capítulo. Cada día me haces reír más. ¿Seguro que tenes que regresar? ¡Seguí paseando por el mundo y relatándonos tus aventuras!

Matías

Guillermo Watson dijo...

SEeeeeeeeeeeeeH!!!

POR FIN SE PONE CACHONDO EL TEMA!!!

SEXO! PORNO!

Ah, si te ponés de novio borrá esto... Nos vemos en Ezeiza!

Anónimo dijo...

hola amigos! como esta BsAs? mucho calor? como estan mis querido arboles? y como estab mis queridos taxis negros y amarillos?

bueno, ya mismo procedo a responder los saluditos. a verrrr


Juan: seguramente cuando leas esto estes en ARgentina. Que emocion!!!! Bueno, disfruta tu fiesta loca de la playa y preparate que este año es vital para el megaproyecto!!!

anonimo 1: gracias!! un placer que te haya gustado!
saludos!

petruza: ah, te habia respondido antes. Feliz cumpleaños, trolo!!

la misma anonima de antes: mira vos! no te puedo creer que fuiste al Van Gelderen! Che, no te cuelgues, de que año sos? turno tarde o mañana?
saludos!!

Duendo: ahhh, si, que boludo. Es que Ernesto me engatuso y me hizo spoliar!
No, no le cante Pamela. Tuve flojo, no?

Romi: gracias!! Si, ambos paises son increibles. Bue, Asia no es un pais. Igual NZ esta bueno para vivirlo mientras trabajas. Asia solo como turista esta bien.
en un par de semanas subo las fotos!

has: jaja, si, especialmente cuando vamos a ver WAterWorld. TE acordas?

morsilia: jajaja gracias! Si, ahora que pienso el publico solo quiere leer sobre minas, relaciones y sexo explicito. PIdo disculpas por el pobre papel que hice como representante de varon argentino. No es facil.

LAs legiones del mal? noooo, yo quiero que me reciba batman, robin, el vigilante y halcon y paloma!!

matias: y si, todo tiene un final y este viaje no puede ser la excepcion. Siii, ya se!! perdon por la autoespoliada! pero eso pasa cuando cuestionan mi integredad periodistica para relatar con total veracidad los sucesos del viaje.

No se si tenia 25. Igual no me dio indicios de que mintiese alguna vez en algo. Calculo que no todo el mundo es totalmente mentiroso, no?
jaja, otro que no quiere que regrese!

guillen: jajaja, y si, espero en algun momento tener que borrarlo!
Nos vemos en ezeiza en dos semanas!!!




amigos: pido mil disculpas por no poder haber escrito nuevo capitulo. Estuve en un SAFARI! de varios dias, y ahora me tomo un tren que dura 48 hs, asi que calculo que el proximo capitulo sale el miercoles.
Esta semana viene doble capitulo asi me pongo mas al dia.

Mil gracias por los saludos y nos estamos viendo!!
abrazo grande para todos!
Fizu

Anónimo dijo...

(soy la del van gelderen! ajaj)

turno tarde!

besos fizu, actualizá que quiero leerrrrrrr

Anónimo dijo...

Fizu querido ! cai en tu blog de casulidad y lo lei dsd el principio como quien lee la ultima novela que ansia dsd hace tiempo !!! no sabes como me rei con tu relato, espectacular, en mas venia al laburo a leer solo tu blog jaja, apenas trabaje algo la semana pasada. Tengo pensado ir el año que viene a nueva zelanda asi k lo lei imaginando mis futuras aventuras iguales a las tuyas, mejores o peores.
te pasaste con este blog, sigo leyendo,
Saludos Hernan

morcillon dijo...

me tocaste el corazon con tu relato! Gracias.