Después de varios días de trabajo, cayó el fin de semana y en las cabañas solo se hablaba de una cosa: la salida del sábado. Esta consistía en ir a bailar a Christchurch. Yo no tenía mucha expectativa porque estaba cansado, quería quedarme viendo el dvd de Dirty Dancing y ordenar un poco el rancho nuestro que era realmente asqueroso. Cuestión que aquella noche nos juntamos en el salón y todos empezaron a tomar cerveza y vodka como locos. Unos de los problemas que surgía era que Christchurch estaba a una hora de viaje, éramos 12 personas y solo había dos camionetas: la de Andrew y la que usábamos Juan y yo. Por un lado yo no quería ir y por otro no sabía si teníamos permiso de usar la camioneta del trabajo para ir a bailar.
En un momento de la noche Andrew dijo
- Vamos a Christchurch, en mi camioneta puedo a llevar a Will, Harry, Joe, Alex y María.
Fue muy triste ver las caras de los desafortunados que querían ir a bailar y no estaban invitados.
Fue muy triste ver las caras de los desafortunados que querían ir a bailar y no estaban invitados.
Todos estaban medio borrachos y Juan, que también había tomado bastante, me dijo que no estaba para manejar. Después de contemplar qué hacíamos con Juan tomamos una arriesgada decisón.
- Gente… - dije en voz alta en el medio del salón – Todos los que quieran ir a bailar y no entren en la camioneta de Andrew pueden venir con nosotros!
Y en ese momento fue cuando se definieron los dos marcados grupos que determinarían todas las siguientes actividades en las cabañas. El "Onion Crew", ya que la mayoría de ellos trabajaban en el galpón de cebollas, formado por Andrew y todos los ingleses, y por otro lado el "Potato Crew" donde estábamos Juan, Ben y el resto del mundo.
Fue también esa noche en la que nos hicimos amigos de dos personajes que nos acompañarían por mucho mucho tiempo. Ellos son Antoine de Marseille y Stephane de París.
Sin mas preámbulos nos subimos a la camioneta Juan, Ben, Antoine, Stephane y dos extras más y encaramos para la ciudad.
LLegamos al boliche y ya estaba allí el Onion Crew. No se por qué se respiraba como un aire competitivo para ver quién se divertía y descontrolaba más...
Fue también esa noche en la que nos hicimos amigos de dos personajes que nos acompañarían por mucho mucho tiempo. Ellos son Antoine de Marseille y Stephane de París.
Sin mas preámbulos nos subimos a la camioneta Juan, Ben, Antoine, Stephane y dos extras más y encaramos para la ciudad.
LLegamos al boliche y ya estaba allí el Onion Crew. No se por qué se respiraba como un aire competitivo para ver quién se divertía y descontrolaba más...
Aire competitivo es nuestro segundo nombre.
Nos subimos a una mesa y empezamos a bailar y a desplegar todos nuestros movimientos y estilos: pasos de cumbia, macarena, YMCA, mayonesa y el preferido por todos, el robot.
En la mitad de la noche, mientras bailábamos, noté que Andrew se me acercó y buscaba contacto, roce. Me empujaba disimuladamente con su espalda de a poquito. En un momento me empujó fuerte y reaccioné mal pegándole un codazo en las costillas, ya ahí él me empujó violentamente sin disimulo y yo me dí vuelta también caliente y nos quedamos nariz con nariz con cara de muy malos. Rápidamente los chicos nos separaron y se evitó la pelea, pero ya la cosa estaba demasiado zarpada. Y no había pasado ni una semana!
Más tarde en la noche vi a María que bailaba con otra alemana. Estaba muy buena María. No se si fue mi impresión pero me pareció que me miró y me sonrió, por lo cual me acerqué bailando haciendo el "el paso del egipcio".
Bailamos y bailamos durante varias canciones, cada vez más cerca, cada vez más intensamente. En realidad yo no sabía si todo eso era una señal o una invitación. Las costumbres en cada país son distintas. Tampoco sabía si teníamos onda, porque Juan, Ben y yo trabajábamos en el turno día, y María y los franceses trabajaban en el turno noche, por eso solo nos habíamos cruzado un par de veces en toda la semana.
Si le tiraba la boca iba a quedar regalado mal, pero por otro lado era una noche mágica.
Qué debía hacer?
Debía intentar besarla?
Debía esperar?
Finalmente me decidí. La abracé con un poco más de firmeza, cerré los ojos, saqué piquito y empecé a acercar mi boca a la de ella.
3 comentarios:
Cuidado con Andrew! Está loco. Estoy seguro. Váyase con María mientras esté a tiempo.
Aunque tal vez me equivoque. Quizás sea María la que esté loca y deba marcharse con Andrew mientras pueda.
O... a lo mejor esté loco usté... y lo mejor sea que Andrew y María se larguen mientras puedan...
O tal vez esté loco yo. Y ni Andrew ni María ni usté sean otra cosa que un producto de mi imaginación desquiciada.
¿Qué dices, mamá? ¿Que los mate?¿QUE LOS MATE A TODOS?
que bueno, al fin puedo comentar si tener que leer esa puta palabra
Aaaa no me podes dejar ahiiii
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