Otro día de trabajo y este es el más duro de todos. La papa tenía que llegar hasta el techo del galpón, por lo cual yo tenía que estar con el control remoto en la punta de la montaña de papa para que quedase pareja y no quedase aire y no se pudriera, etc.
Cuestión que era un quilombo y la maquina se trababa todo el tiempo y yo pedía por favor que me mandaran menos papa y los locos me tiraban papa a lo pavote y entonces todo salía mal y era un desastre.
En un momento me puse a discutir con el Gordo Greg, la discusión se tornó violenta
y él me empujó. Todavía recuerdo ese momento: cómo estuve a punto de empezar a gritar de locura y comenzar a revolear patadas voladoras. Para colmo Juan también se llevaba muy mal con unos de los camioneros que era medio xenófobo. Tercer día de trabajo y casi terminamos espalda contra espalda contra todos. Pero lo que realmente sucedió fue que me la tragué y seguí trabajando con la idea de renunciar apenas me pagaran y preocupado de cómo sería mi futuro en NZ, pués tenía que buscar otro trabajo y otro lugar para vivir.
Ese mismo día había entrado un chico australiano a trabajar, su nombre era Ben Lewis. Ben era rubio como el oro, rústico como el roble, áspero como papel de lija y bruto como preso chino, pero era él quien Dios había mandado para ayudarnos. Como vieron que se me complicaba lo pusieron a trabajar conmigo, fue así que durante un mes, 6 días por semana, 9 horas por día, me la pasé sentado en la punta de la montaña de papa, trabajando y charlando con Ben. No sólo trabajaba con él, sino que también lo pusieron en nuestra cabañita, y no sólo trabajaba y dormía con él, sino que también pasábamos todo nuestro tiempo libre juntos.
Hay que aclarar que Ben era raro. Era extremadamente charlador, al punto que nadie se lo bancaba salvo Juan y yo. Esta cualidad para nosotros era una bendición ya que aprendimos con él muchísimo inglés, nos tenía infinita paciencia, nos hablaba lento y repetía cada oración 10 veces hasta que la entendíamos. También nos enseñó a manejar el montacarga, el tractor y mil cosas más.
Cuestión que era un quilombo y la maquina se trababa todo el tiempo y yo pedía por favor que me mandaran menos papa y los locos me tiraban papa a lo pavote y entonces todo salía mal y era un desastre.
En un momento me puse a discutir con el Gordo Greg, la discusión se tornó violenta
y él me empujó. Todavía recuerdo ese momento: cómo estuve a punto de empezar a gritar de locura y comenzar a revolear patadas voladoras. Para colmo Juan también se llevaba muy mal con unos de los camioneros que era medio xenófobo. Tercer día de trabajo y casi terminamos espalda contra espalda contra todos. Pero lo que realmente sucedió fue que me la tragué y seguí trabajando con la idea de renunciar apenas me pagaran y preocupado de cómo sería mi futuro en NZ, pués tenía que buscar otro trabajo y otro lugar para vivir.
Ese mismo día había entrado un chico australiano a trabajar, su nombre era Ben Lewis. Ben era rubio como el oro, rústico como el roble, áspero como papel de lija y bruto como preso chino, pero era él quien Dios había mandado para ayudarnos. Como vieron que se me complicaba lo pusieron a trabajar conmigo, fue así que durante un mes, 6 días por semana, 9 horas por día, me la pasé sentado en la punta de la montaña de papa, trabajando y charlando con Ben. No sólo trabajaba con él, sino que también lo pusieron en nuestra cabañita, y no sólo trabajaba y dormía con él, sino que también pasábamos todo nuestro tiempo libre juntos.
Hay que aclarar que Ben era raro. Era extremadamente charlador, al punto que nadie se lo bancaba salvo Juan y yo. Esta cualidad para nosotros era una bendición ya que aprendimos con él muchísimo inglés, nos tenía infinita paciencia, nos hablaba lento y repetía cada oración 10 veces hasta que la entendíamos. También nos enseñó a manejar el montacarga, el tractor y mil cosas más.
Ben era un granjero en Australia, en toda su vida jamás había dejado su pueblo, hasta aquél entonces donde viajó a NZ para escapar de algo que no corresponde comentar acá. Su familia consistía en padre, madre, 6 hermanas y él. Una de las hermanas le quebró el brazo cuando él era chiquito. Cualquiera pensaría que esta condición (de tener muchas hermanas) le daría sensibilidad para relacionarse con las chicas, pero fue todo lo contrario. Jamás en mi vida vi una persona que causara tanto rechazo y miedo en el sexo opuesto. Antes de venir a NZ Ben vivió 9 MESES en una carpa porque consideraba que el alquiler de un departamento estaba muy caro.
Todas las mañanas se abría una lata de atún en aceite, y en vez de escurrir el aceite sobrante como hacen todos, el primero se lo tomaba así de una de la lata y después se comía el atún. Dormía vestido con la misma ropa que usó durante un mes (con gorrito y todo), y cuando yo jugaba con él nos agarrábamos a las piñas y me tiraba al suelo para seguir peleando como dos chicos de 6 años. Una vez me lastimó la espalda jodido. Otra vez no se tranquilizaba, lo ahorqué y casi lo desmayo.
Hace solo unas semanas Ben se fue a otro trabajo, seguramente se fue para ayudar a otro extranjero que en este momento lo necesita más que yo.
Lo más loco de todo es que si bien somos muy diferentes, si bien hablamos idiomas diferentes y si bien no tenemos absolutamente nada en común, estar solamente sentado al lado de otra persona tanto tiempo te hace conocerlo, quererlo y extrañarlo, como hoy lo extraño yo.
Algunas noches cuando estoy solo, miro las estrellas y allí siempre veo su rostro dibujado en ellas, como la más bella de las doce constelaciones y nunca dejo de sentir al viento marino soplar mis cabellos y susurrar su dulce nombre…
Todas las mañanas se abría una lata de atún en aceite, y en vez de escurrir el aceite sobrante como hacen todos, el primero se lo tomaba así de una de la lata y después se comía el atún. Dormía vestido con la misma ropa que usó durante un mes (con gorrito y todo), y cuando yo jugaba con él nos agarrábamos a las piñas y me tiraba al suelo para seguir peleando como dos chicos de 6 años. Una vez me lastimó la espalda jodido. Otra vez no se tranquilizaba, lo ahorqué y casi lo desmayo.
Hace solo unas semanas Ben se fue a otro trabajo, seguramente se fue para ayudar a otro extranjero que en este momento lo necesita más que yo.
Lo más loco de todo es que si bien somos muy diferentes, si bien hablamos idiomas diferentes y si bien no tenemos absolutamente nada en común, estar solamente sentado al lado de otra persona tanto tiempo te hace conocerlo, quererlo y extrañarlo, como hoy lo extraño yo.
Algunas noches cuando estoy solo, miro las estrellas y allí siempre veo su rostro dibujado en ellas, como la más bella de las doce constelaciones y nunca dejo de sentir al viento marino soplar mis cabellos y susurrar su dulce nombre…
Ben… Ben Lewis
4 comentarios:
Para mi que Ben violo a su hermana y por eso se fue de su pueblo natal.
Esta historia es mas atrapante que Lost. Por que no la llamas Found?
¿Qué hace Will Ferrell laburando en NZ?
jajajaj, si, desde el primer dia Ben me cayo bien porque se parecia a Will Farrel.
todavia me acuerdo y no lo puedo creer, que personaje, por dios!
Genial. Will parece un personaje delicioso. Con todos los matices que debe procurarse un clásico personaje que aspira a durar un capítulo y robarse el corazón de todos.
Yo estoy seguro que vuelve. En el momento más inesperado, vuelve.
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